Iglesia

Llamada también de San Antón, es sede de la patrona de la ciudad. La iglesia fue construida en el siglo XVI y terminada en el XVIII por Martín de la Aldehuela. La decoración al interior es de estilo rococó y preside el altar mayor la Virgen Negra, de gran tradición medieval.

En el exterior, conserva una portada plateresca correspondiente al antiguo convento que existió en este lugar dedicado a San Antón, llamado convento de los Antoneros y que da nombre al barrio y al puente situado junto a la iglesia.

El puente formado por dos arcos de medio punto, fue construido en el siglo XVIII, seguramente sobre la antigua estructura de un puente medieval anterior a la conquista de Cuenca. Desde aquí y en el lado derecho,  se encuentra una imagen en piedra de la Virgen de la Luz. Cuenta la leyenda que se le apareció con un candil a Alfonso VIII indicándole el camino y la inspiración para conquistar la ciudad. Fue barrio de alfareros y en la actualidad es un barrio residencial popular. Aquí tiene su taller el alfarero Pedro Mercedes, afamado artífice del barro de reconocido prestigio por la originalidad en la decoración de sus piezas así como por la pericia de su técnica.

Desde aquí, si queremos disfrutar del paisaje, tenemos la opción de volver a la ciudad por el paseo del Júcar hasta la ermita de las Angustias.